Crossbones

En el 2003 se estrenó la película Piratas del Caribe. Aplausos, más aplausos, y miles de juguetes de estética pirata para aprovechar el tirón. Todos queríamos más.

En el 2014 ese interés han querido rentabilizarlo dos series, Black Sails y Crossbones. La primera supo a decepción y se volcaron todas las esperanzas en la segunda, que tenía a  John Malkovich haciendo de Barba negra, a la fuerza tenía que estar bien.

Y así hemos pasado de una serie aburrida salvo por algún combate naval, a otra aburrida hasta el infinito en la que apenas hemos olido el agua, y en la que hasta los cañones han arrancado bostezos.

Falla el protagonista que junto al espectador descubre ese mundo. Se supone que su misión es matar a Barba negra, puede hacerlo, no lo hace, y ya por mucho que chupe pantalla es un personaje sin motivación, sin atractivo.

Falla Barba negra. El público quiere verle apresando barcos, y en esta serie apenas sale de una habitación donde se sufren sus monólogos y alaridos.

Falla el capitán inglés que quiere apresar a Barba negra. El clásico archienemigo, el único al que presentan con una motivación decente, le muestran con la única cualidad de la torpeza.

Fallan las subtramas. No hay ninguna historia que se pueda decir "si le hubieran dedicado más tiempo a esto, tal vez...".

Y sobre todo, falla el decorado. Cuando cualquier serie de cualquier época ha mostrado naves espaciales, es injustificable que en esta no muestres un sinfín de barcos. Prácticamente todos los minutos transcurren en tierra firme.

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